El Verdadero «Lado Oscuro»

septiembre 25, 2019 0 Por Gabriel Soberanis

Como la comezón dentro de un oído, que aparece de forma repentina y es increíblemente molesta; así es algo que ha sucedido recientemente, o más bien, es algo que yo he notado marcadamente desde hace poco más de 2 años.

Si bien no es algo que sea imposible de sobrellevar o demasiado trascendente para mí, si es un poco incómodo ya que se trata de un gusto bastante arraigado. Así que, aprovechando mi existencia de insomnios perpetuos, es que esta madrugada decidí poner esos pensamientos ya de tiempo atrás en palabras escritas.

Para todos aquellos que en algún momento de su vida de cierta forma me han conocido, o en este momento hacen el favor de leerme, nunca he sido un ferviente, ni siquiera un cercano fanático del universo de Star Wars; sin embargo si me puedo considerar un admirador del trabajo de su creador y el resultado de las mismas. Ya que como en alguna ocasión mencionó en una entrevista el actor Denzel Washington, “Yo no pongo etiquetas a las películas, otras personas lo hacen, no yo. Ni siquiera sé lo que significa que sea una película de superhéroes. Solo hay dos clases de películas, las buenas y las malas”. Es por eso y compartiendo ese mismo pensamiento, es que, no importando lo exagerado o modesto de su presupuesto, si se trata de temas ficticios o los más profundos conflictos humanos; en toda clase de películas se pueden encontrar increíbles piezas de basura o grandes obras de arte.

Este es el caso de Star Wars conmigo; si bien nunca he podido encontrar esa fascinación, encanto o emoción especial que los grandes seguidores le profesan (y ya ni hablar del bien sabido tema de la relación de esta saga con el trabajo de Akira Kurosawa).

NO, la realidad es que en mí no existe un fan, pero puedo ver claramente lo que ha representado este gran trabajo de su creador George Lucas.

Para los que nunca han creado nada, ni siquiera un amigo imaginario, el mirar una película de Star Wars, tal vez sea solo el disfrute de una película “palomera” con temática espacial. Y tal vez aún sea peor para muchos dizque “cinéfilos” modernos, los que solo aprecian estas películas como unas mal logradas con efectos de bajo presupuesto (claro sin que puedan comprender en lo más mínimo no solo las limitaciones técnicas, sino el mundo en el año de 1977).

La realidad es simple, el poder crear un “universo” y una “mitología” de algo que nunca ha existido, y que este sea congruente, es un ejercicio casi imposible de lograr, no solo para creativos o escritores, sino para cualquier ser humano, y George Lucas lo hizo de una manera magistral.

Todos los pequeños aspectos que forman la saga de Star Wars, tuvieron que ser perfectos para el resultado que hoy se traduce en quizás la saga de películas más importante que existe. Y sí, me refiero desde el “Episodio I” hasta el “Episodio VI”, que son los desarrollados personalmente por él.

La maravillosa mitificación del héroe y en este caso de su “orden”. Sus conflictos morales y el enfrentamiento con sus enemigos caídos en tentación, pero más importante, con aquellos que atacan desde lo oculto.

La bien desarrollada, tal vez “aburrida” por momentos trama política llevada a un nivel “universal”; fue vital para dar la profundidad y volumen necesario a la historia, dándole un sentido a la lucha contra el mal, y no solo la confrontación de dos polos opuestos.

Todo esto magníficamente rematado por una rica y basta colección de seres, planetas, ambientes, vehículos y personajes con detalles específicos, que demuestran nuevamente la creatividad y genialidad de su creador, y que casi nunca se ha podido emular.

Sin embargo y al igual que en esta saga espacial (lamentando de antemano el “spoiler”, si es que alguien no ha visto estas películas en más de 40 años desde su salida), un enemigo “oculto” vino a cambiar o en cierta forma a destruir las bases y lo existente a esta saga y a otros universos también.

Como si se tratara de un paralelismo de terror, el nuevo “Emperador” de esta galaxia se muestra con una cara más afable, o en este caso, 2 grandes, negras y redondas orejas. Su galaxia son los medios de comunicación y entretenimiento; canales deportivos y de información, productoras, estudios de cine, así como las empresas y creaciones de George Lucas y Stan Lee.

Todo esto para amalgamar un auténtico Imperio digno de aquel creado por George Lucas en su Star Wars, donde todo está controlado y encausado para que de forma eterna y circular, se consuman los productos de esta empresa de forma continua y sin pausa; no importando la diferencia de gustos, ya que ha logrado obtener “opciones” para todos.

Es aquí donde debo de hacer una pausa y mostrar mi postura ante esto. Y es que en realidad debo de estar del lado de la corporación Disney, de ese “lado oscuro” de la fuerza. Y es que yo pregunto: ¿Quién invertiría más de U$8,000 millones en las creaciones de George Lucas y Stan Lee, o U$70,000 millones en la reciente adquisición de la cadena FOX, esperando perder dinero?

Nuevamente tomando como referencia a la saga intergaláctica, lo único lamentable que veo con esto, es el camino que ha tomado la empresa en el manejo de estos universos y sobre todo de su “esencia”. Siguiendo el lado oscuro, en lugar del camino de “La Fuerza”.

Sin lugar a dudas el “sello” Disney es la fórmula perfecta para el éxito comercial indiscutible, pero no así para la creación de productos y fantasías que sean memorables y que trasciendan el tiempo (más aquel creado por sus grandes campañas publicitarias).

Llenos de: clichés, melcocha e ideas simplonas, que capturan de inmediato a los más básicos de pensamiento, es que Disney se vuelve inmensamente más rico y poderoso a cada segundo (aún en este instante en el que estas líneas se escriben); pero que de igual manera que el Emperador en Star Wars, destruye y transforma todo al lado oscuro.

Solo como ejemplificación dentro de los miles de productos de este imperio, mencionaré 2 de reciente manufactura.

Llena de soluciones fáciles, huecos inexplicables y contradictorios en su historia, grandes efectos visuales que sustituyen a un verdadero guion, así como momentos emocionales burdos perfectamente bien creados para una reacción inmediata, es que Avengers: Endgame se desarrolla.

Esta película llena de las más grandes incongruencias y baratos argumentos, destruye y regresa al principio lo que con esfuerzos increíbles habían logrado conseguir los creadores de los comics después de muchas décadas. Complejos y pensados argumentos de los guionistas, hermoso arte gráfico y creación meticulosa de personalidad y características únicas de los superhéroes, fueron cambiadas por: guiones básicos y sin importancia, adaptaciones burdas (aunque “realistas”) de ambientes y personajes, y “superhéroes” de personalidad desdibujada y poderes manipulados a conveniencia. Todo esto en beneficio de la popularidad de un personaje, la resolución de una trama mal planteada, así como cualquier cambio que genere un mayor beneficio para el imperio. Paso de ser una industria digna del comic y la novela gráfica, a nuevamente ser solo “las historietas del domingo en la mañana”.

Tal vez el ejemplo más vergonzoso que se puede observar en Endgame, radica en la solución del conflicto principal de la película, que a quien aún no la haya visto, a continuación viene un minúsculo spoiler: un viaje en el tiempo. Una de las soluciones más burdas y simples, un ejemplo de los más tristes de Deus Ex Machina, tal vez solamente superado si en el argumento de Endgame todo hubiera sido solo un sueño de Tony Stark o una visión del futuro por parte del Dr. Strange (que no dudo pudieron haberlo considerado en algún momento).

De igual manera y a unos mese de su estreno (y el principio para iniciar este post), fue el avance de los que será la siguiente entrega de la saga de Star Wars; “Star Wars: The Rise of Skywalker”.

Después de toparme nuevamente con el tráiler en la madrugada, todas esas ideas que habían rondado mi mente, finalmente decidieron convertirse en las líneas que he estado escribiendo, y siendo congruente con lo he expresado con anterioridad, es momento de que diga lo que creo será esta película.

Star Wars: The Rise of Skywalker, será el próximo gran negocio de la compañía Disney, y en definitiva, LA MEJOR PELÍCULA DE LA SAGA…¿? Sí, solo hay algo que apuntar. Será la “mejor” para: gente que nunca haya visto una película de la saga o no sepa que es Star Wars, gente que desee desconectar y guardar su cerebro por aproximadamente 3 horas (o más) y muchos de esos “cinefilillos” que presumen de ser muy avant-garde.

Los realmente seguidores, fanáticos y hasta gustosos de las películas de buena calidad, dudo se sentirán contentos con la transformación y destrucción de una mitología creada y alimentada por más de 40 años, pero a cambio de eso tendrán:

Grandes secuencias de acción y batallas que sin justificación o con la mínima, mantengan el ritmo de una película que seguramente será de 3 horas o un poco más.

Explicaciones (si es que existen) sin sentido o poco creíbles para la aparición y desaparición de diversos personajes.

Bromas y situaciones “chistosas”, que rellenen los huecos de un guion seguramente mal desarrollado, o que rompan con algún momento que sea algo profundo y que suele ser incómodo para el ser humano moderno.

Sobreexplotación de los efectos digitales que puedan crear toda una línea de nuevos juguetes y productos que abarrotaran los anaqueles de las tiendas.

Y obviamente una serie de “conflictos” morales, que de forma muy descafeinada serán de tal manera manejados que llegarán a niveles de “¿Qué tomaré hoy, jugo o leche?” Es así que no solamente veremos en el corto tiempo lo que sucederá con una de las sagas de películas y una de las mitologías más importantes de las últimas décadas, también deberemos estar listos para historias como: X-Men, Los Simpson, Deadpool, Avengers, y todas las demás creaciones que hoy ya forman parte de la “gran familia Disney”.

Gabriel Soberanis