Sin Salida
Figura inexistente que acaricio en las noches, así es tu recuerdo. Promesa de lealtad que le he hecho a tu mirada aquel día que me fui. Triste la realidad del amor unilateral, mientras plena viajas por la vida, yo me quedo añorando lo que no me permitiste ser.
Tu fantasma me acompaña donde quiera que me encuentre, y aunque sé que has olvidado mi existencia el jamás lo hace. Busca atormentarme y llevar al sufrimiento a mi alma, y mientras me deje recordarte como ese primer día, yo con gusto permito que lo haga.
Frases y momentos son lo que yo guardo en mis bolsillos para mantenerte en mi mente, por qué no busco ni quiero perderte como tú has dejado que ocurra. Y aunque otros ojos y algunos brazos me han ofrecido redención, tu abrazo inexistente es más fuerte que esa promesa de amor correspondido.
Yo te puedo observar riendo y gozando sin recuerdo absoluto de mí ser. Y aunque tu dijeras que también haga lo mismo, lo lamento no lo puedo yo hacer. Es un jaque mate contundente; tu recuerdo me conforta y me alegra de inmediato, solo para recordarme al segundo con dolor tu indiferencia.
Esta es mi realidad. Una trampa sin salida en un valle descampado, donde tú me invitas a olvidarte para siempre. Yo quisiera tomarte la palabra y amar a quien me ama, pero yo no puedo obligar ya a mi alma a que te deje. Ya se encuentra engarzada al igual que ese piercing de nariz y esos lentes a tus ojos.
Si tú tienes solución yo te pido me la des, aunque te confieso que no espero que la tengas porque te amo demasiado.
Gabriel Soberanis