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diciembre 7, 2017 0 Por Gabriel Soberanis

sunny-winter-day
Mañana de invierno, cielo azul y despejado. Me detengo por un momento, busco que los ardientes rayos del sol quemen mi rostro, y que el viento helado congele mi piel; que me despierten de este letargo que tiene mi alma.
La pequeña florería de la esquina me llama; ahí están, despidiendo resplandecientes rayos de luz amarilla en forma de pétalos y su corazón, negro, me recuerdan que no la conozco para nada.
Los he comprado, cuatro o cinco, mientras más sean mejor, sé que los ama.
Esta tarde se los llevaré; esperando que este gesto provoque en ella, la sincera respuesta de un alma contenida, restringida a sentir.
Tal vez hoy avancemos un paso más o… Simplemente me dé cuenta, que nunca pasará.
Noche de invierno, camino solitario. Promesa lunar de que las cosas serán mejor mañana; me detengo por un momento, espero que el implacable frío nocturno adormezca mi alma, y que finalmente, pueda alejarme de ella para siempre.
Gabriel Soberanis
@soberanisgabrie