Un Año de Ensueño
Ostentar un título como “El Rey de los Deportes”, es una carga muy difícil de llevar y justificar; tal y como lo ostentaron Elvis Presley “El Rey del Rock” o Michael Jackson “El Rey del Pop” (de ellos ya hablaré en un siguiente post).
En el año de 2012, me hice el propósito de ver “TODA” la temporada de 162 juegos de mi equipo de Baseball “The New York Yankees”, (algo que fue extraordinario ya que parecía que por fin volverían a conquistar una Serie Mundial).
Lo cierto es que no pude cumplir con mi propósito, pero puedo decir con orgullo que alcancé a ver más de 110 juegos. Lo importante de esto, no fue todo lo que tuve que hacer para ver esos juegos, o toda esa temporada “ociosa” pero maravillosa que disfruté. Lo verdaderamente importante fue que por fin, después de muchos años de ver Baseball con fascinación, finalmente comprendí porque, aunque muchos no lo compartirán, este deporte, en verdad merece el título de “REY”.
Primeramente entendí que existen muchos requisitos que se deben llenar para que algo o alguien puedan llevar este tipo de títulos; refiriendo nuevamente a su majestad “Elvis”, podríamos hablar de una voz extraordinaria, un carisma único, un mar de excentricidades o una cercanía con su público que lo hacía ser querido por casi cualquiera que lo conoció.
En el caso del Baseball, una serie de cualidades especiales son las que lo pueden colocar en la categoría de Rey, y que sobrepasan al poderoso y espectacular “Fútbol Americano” o al siempre sobrevalorado y enajenante “Soccer”.
Algo que muchas personas, sean o no fanáticos del Baseball no pueden percibir al verlo como cualquier persona “normal” (sin intentar una locura como la que yo realice), que ve 50 o 60 juegos en una temporada, es por qué un equipo “cambia” y sufre mutaciones a lo largo de una temporada tan larga. Los factores más comunes que se atribuyen a esto, suelen ser lesiones, clima, ritmo, cambios de jugadores, “juego de Estrellas”, etc. Algo que pocos consideran, es que, a diferencia de otros deportes, el Baseball se juega “A DIARIO”; convirtiendo a sus jugadores en virtualmente una familia con sus pros y contras, cosa que no sucede en otros deportes en los que solamente se juega una o 2 veces por semana y que entrenan solamente unas horas algunos días a la semana también (este tipo de unión también lo pude encontrar, aunque en menor medida, en la NBA y la NHL que también juegan varias veces por semana). Fue de esta manera que pude ver como una serie de “extraños” se convertían en una gran familia (en algunos casos bastante disfuncional), me hizo entender todos esos pequeños detalles que muchas veces son incomprensibles para quien no puede ver todos los partidos de una “larguísima” temporada (aunque si durara todo el año yo no me quejaría); festejos, “rituales”, consejos, señales, alianzas y hasta las grescas donde se vacían las bancas se realizan “en familia” (algo que en lo personal considero también es una parte tradicional de este deporte y se presentan de una manera “única”).
Lo siguiente que pude notar mientras avanzaba la temporada, es que el Baseball a diferencia de otros deportes es “atemporal”; a pesar de los cambios en los reglamentos, los estadios súper modernos o las transmisiones en HD, el Baseball aún se siente “viejo”, tradicional, un verdadero “clásico”. Simplemente escuchar «Take Me Out to the Ball Game” mientras la gente disfrutaba los también antiguos y tradicionales “Cracker Jack”, es una clara muestra de que un deporte puede trascender más allá del tiempo sin perder su esencia. Ver esos uniformes “nuevos” y modernizados que aún cuentan con las trazas de su diseño y estructura original, remontan a cualquiera que haya visto videos antiguos en blanco y negro de este deporte hasta aquella época y hasta sentirse “un poco” parte de ella. Ver como la mayoría de los estadios luchan por mezclar esa nostálgica imagen de estadio antiguo con lo más moderno que existe, es entender que este deporte ha entendido lo importante que es mantener sus orígenes lo más posible.
Finalmente, algo que ha sido punto de polémica en los últimos años, la duración de los partidos. Tal vez aquí necesite un poco de guía, un poco de “luz”; pero hasta donde recuerdo, aún no conozco otro deporte en donde el tiempo no importa, donde su duración no está determinada por un cronómetro y donde debe existir un ganador tárdese lo que se tarde; definitivamente algo que solo una actividad que se englobe en un título nobiliario puede hacer, y aquí estamos hablando de un REY.
En referencia a este punto y de manera muy personal; solamente puedo decir a los que están a favor de las reglamentaciones y cambios para que el Baseball dure menos; que mejor sería que cambiaran de deporte, que busquen uno más de acuerdo a sus vidas cronometradas y de tiempos ajustados, y dejen en paz al Baseball. Yo soy feliz si dura, 3, 4, 6 o más horas, cuando a uno le gusta un deporte de manera auténtica, mientras más lo podamos ver, mejor ¿O no?
Es de esta manera que yo pude vivir y sentir casi una temporada completa de Baseball; sé que a partir de ahora las polémicas sobre si en verdad es el Rey de los Deportes o no comenzaran; que si es aburrido y tedioso, que es sumamente complicado y llenos de reglas, que no tiene la acción suficiente, etc. Solamente sé que dentro de los deportes actuales, el Baseball es el único que, con los mínimos cambios sigue siendo muy popular y su importancia sigue creciendo; se juega cada vez en más países (y es referente en algunos como Japón); genera la mayor cantidad de ganancias a nivel mundial, solamente por debajo de la NFL, lo que es un mérito mayor sabiendo que solo estamos contemplando a las ligas que juegan en Estados Unidos de America (bueno, en Canadá también en el caso del Baseball y que juegan 162 partidos), y no estamos “sumando” a todas las ligas en “todos” los países como se hace con el Fútbol Soccer.
Ahora queda en ustedes considerar si es o no el “Rey de los Deportes”; porque si algo es verdad en esta vida es que, sobre el gusto de cada persona, cualquier argumento, sólido o no, lógico o no, estos SALEN SOBRANDO.
@soyelflamer
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