Videojuegos "Indie" El Gran Fraude
Desde hace tiempo y como acertadamente había comentado en mi libro «Videojuegos Una Historia que Contar» la industria del videojuego se encuentra en una crisis, bastante bien disimulada, pero crisis al fin. Si bien la producción, publicidad, comercialización y tecnología de los videojuegos es la mayor en toda su historia, esto no se ve reflejado de ninguna manera en la calidad o aporte para la misma; eso sí, las ganancias cada vez son mayores para ellos, y una pobre y deprimente experiencia para los que nos encontramos detrás de la pantalla y los controles.
Sin embargo, en esta ocasión no es mi propósito regodearme en mis acertadas predicciones, sino hablar de un enemigo dentro del videojuego, que aparece con un rostro afable y que de una manera ridícula es defendido sin un verdadero merecimiento. No es realmente una sorpresa, ya que se encuentra en el título del post; me refiero a los juegos «Indie».
Sin ser rebuscado, es necesario mencionar las cosas como son, y es que en esta sociedad actual en la que vivimos, hablar desfavorablemente de cualquier manifestación que se etiquete como indie, es casi un pecado mortal.
Uno de los mayores problemas con estos juegos radica en la falta de objetividad de los nuevos «videojugadores» y «analistas», que son implacables con los juegos millonarios de los grandes estudios y sumamente complacientes con los juegos independientes, todo bajo argumentos tontos como el de los recursos utilizados en el desarrollo de los mismos, pero olvidando puntos fundamentales como la CALIDAD o la ORIGINALIDAD.
Es patético ver como un mismo argumento es manipulado según a quien se aplique; como la falta de una historia, que en un juego de estudio «grande» es imperdonable, pero en una porquería como»Nidhogg» es aplaudido como un maravilloso y adictivo juego (a pesar de su nulo desarrollo, disfrazado de frescura), sin considerar esa falta de «profundidad», un claro ejemplo de lo obtuso que son los videojugadores actuales.
O el recientemente estrenado «Let it Die», que con la calidad acostumbrada de Suda51 (Goichi Suda) y su compañía Grasshopper Manufacture Inc., nos ofrece un juego… ¡DIVERTIDO! Lleno de ese humor al que nos tiene acostumbrados, un juego dinámico, con buenas opciones y una calidad gráfica muy respetable; pero que de inmediato fue catalogado como un juego solamente «pasable», eso por los mismos «analistas» que prefieren una sobrepreciada basura como lo es «Shovel Knight». ¡SI! Así es, me he referido a su «sagrado» juego indie.

Let It Die
Este «juego», es una verdadera trampa para tontos y para algunos buenos videojugadores que conozco y que lamentablemente han sido engañados también. Sus «maravillosas» cualidades son las que demuestran lo poco valioso que hoy son los juegos indie y que la opinión y análisis de sus seguidores deben ser bastante cuestionadas. La descarada «calca» que se hace de los juegos antiguos con el argumento barato de «tributo» a ellos, solamente busca crear (o más bien «clonar») las sensaciones y éxito que crearon de manera auténtica los videojuegos a los que estos ladrones copiaron y que claramente sabían sería un éxito inmediato como lo fue con esos maravillosos juegos en su tiempo.

Shovel Knight
Para mi, lo más triste de este juego no radica en la pobre experiencia que deja a los verdaderos videojugadores, sino la manera en la que juega con los recuerdos, sentimientos y experiencias de estos mismos; los cuales se sienten completamente decepcionados con la oferta actual de los grandes estudios creadores de videojuegos y se aferran a cualquier cosa que les recuerde (o emule) esas vivencias del pasado. Y por el otro lado a los nuevos y casuales videojugadores, los cuales quedan cautivados por estas copias baratas de grandes juegos (éxitos probados) del pasado que estos jugadores nunca conocieron.
La lista de títulos «rescatables» dentro de la etiqueta indie, queda completamente sepultada bajo cientos de juegos mediocres, copias de otros juegos indie (basura sobre basura) y cualquier absurdo que nazca en la mente de estos nuevos «programadores», casos como la pobre propuesta llamada «Five Nights at Freddy’s», que simula ser un juego aunque no lo sea.
Para ser puntual en este tema, no diré nada nuevo, pero increíblemente parece que nadie lo recuerda; un juego debe tener la máxima calidad posible dentro de sus límites (diversión, desarrollo, creatividad, etc.), cosa que no cumple la gran mayoría de los juegos indie aunque digan lo contrario. Lo cierto es que en la actualidad las «etiquetas» con las que se presente un juego marcará su destino; mientras que unos serán juzgados estrictamente y sin compasión si detrás de ellos está el nombre de una gran compañía, los otros serán justificados y claramente sobrevalorados si la palabra «independiente» es relacionada con ellos.
Quisiera poder exigir o reclamar «verdaderos» juegos indie, pero se que eso es casi imposible viniendo de un origen tan permisivo y mediocre. Finalmente como dice la frase «Cada quien tiene lo que se merece», es verdad; los nuevos videojugadores que se autoproclaman «hardcore» solamente se merecen esta clase de esfuerzos tristes, pero eso si, «autenticos» e independientes.